Mantenimiento de Equipos de Insensibilización.
Prof. Lic. Milagros Uhart.
Una y otra vez, en plantas de faena bovina y porcina me encuentro con equipos de insensibilización que presentan signos visibles de suciedad, deterioro y falta de mantenimiento. Esto se traduce en una insensibilización incompleta de los animales, lo cual obliga a una segunda –y a veces tercera– aplicación. El resultado es negativo para el bienestar animal, provoca interrupciones en el ritmo de trabajo, deterioro en la calidad de la carne y frustración en el personal operativo. Además, puede representar un peligro para la seguridad de los trabajadores.
Más allá de la diversidad de equipos disponibles en el mercado, siempre debemos tener en la planta el Manual de Uso del fabricante donde se detallan las condiciones para la instalación, higiene y mantenimiento. En todos los casos, existen medidas a implementar en forma inmediata para evitar problemas de funcionamiento y deterioro innecesarios: Los equipos de insensibilización deben ser desmontados diariamente para higienizarlos y para revisar la integridad y desgaste de sus piezas, reemplazando las que así lo requieran. Todos los orificios, mangueras, conexiones y partes móviles deben mantenerse limpios y secos. La faena es un sitio húmedo y los equipos deben retirarse al final de las operaciones diarias y en forma previa a los procedimientos de limpieza y sanitización. Deben utilizarse los lubricantes indicados por los fabricantes de los equipos y no siempre el comodín multiuso WD40. Los Manuales de Uso establecen la periodicidad en función del uso con la que deben reemplazarse las piezas de los equipos. Se deben mantener registros de todas las tareas de mantenimiento realizadas.
A su vez, como parte de las prácticas pre operacionales de cada día, se deben probar los equipos de insensibilización. Los fabricantes proveen bancos de prueba o indicaciones acerca de cómo puede realizarse el testeo si no se dispone de estos equipos. En los Manuales de Uso se describen los resultados esperables junto con la descripción de las posibles fallas que pueden presentarse y las medidas correctivas a implementar para reparar los equipos en la misma planta e indican cuándo es requerido el servicio externo.
Los equipos no deben ser alterados o modificados por el personal de la planta sin consultar previamente con el fabricante. Afilar el perno de un noqueador de tipo penetrante con herramientas no adecuadas o cambiar el tipo de electrodos en un equipo de insensibilización eléctrica pueden modificar la eficacia operativa del equipo además de acelerar su deterioro y comprometer la seguridad de uso. Estas acciones pueden servir para resolver un problema en forma inmediata pero perjudican el funcionamiento del equipo a largo plazo. Tener un equipo secundario de respaldo, operativo y bien mantenido, es reglamentario, pero también necesario para no interrumpir las tareas y conveniente para evitar el mal uso y desgaste inadecuado de equipos emparchados sobre la marcha para continuar con la faena diaria.
Por último y no menos importante, una pieza fundamental en el mantenimiento de los equipos de insensibilización es la capacitación del personal. No sólo del personal de mantenimiento sino también del personal operativo que utiliza los equipos en forma diaria. Los operarios deben conocer cómo es el funcionamiento correcto del equipo y ser conscientes de la importancia de notificar siempre y en forma inmediata cualquier falla que detecten. Los mismos proveedores de los equipos suelen brindar estas capacitaciones para el personal.
Demás está agregar que es necesario que la Dirección marque el rumbo en este sentido, estableciendo como política el enfoque proactivo hacia el mantenimiento preventivo y asignando los recursos necesarios para que esto se traduzca en acciones concretas.