Nuestros Consultores en primera persona
Cultura de Calidad e Inocuidad
Hoy queremos compartir el testimonio de uno de nuestros consultores en lo que respecta a Cultura de Calidad e Inocuidad. Indudablemente se puede y no hay tiempo que perder en esta materia.
Autor: Verónica Longhi – Consultora Senior – QCS
Dejame que te cuente un poquito sobre mí. Mi nombre es Verónica Longhi. Estudié Licenciatura en Tecnología de Alimentos y trabajé en la industria de alimentos durante casi 20 años. Mi mayor experiencia estuvo orientada a las áreas de calidad y de a poquito mi mayor especialización se orientó hacia los programas de gestión enfocados a la inocuidad de los procesos y productos.
En mi trayectoria como responsable de calidad de varias plantas, me he sentido más de una vez angustiada, con la sensación de que modificar la cultura de calidad de la gente con la que trabajaba iba a ser una misión imposible.
Incluso, cuando las pautas vienen desde una corporación, impuestas, y no queda otra cosa que hacer más que implementarlas, más de una vez me sentí con la sensación de que no era capaz de lograrlo.
Cada semana, cada mes, cada día, pensaba mucho las presentaciones o
conversaciones que debía tener con mis jefes de manera de poder demostrar fundamentos a cosas que a veces ni si quiera los tenían.Fueron muchos años transitados entre la pasión de la profesión y las frustraciones de la realidad. A veces el camino se hacía bastante cuesta arriba.
La vida me fue llevando a querer emprender desde un lado en el que pudiera acompañar a personas que al igual que yo, estaban transitando como responsables de calidad de sus organizaciones, con muchas dificultades. Más de una vez hubiera querido tener al lado gente que ya haya transitado lo que estaba viviendo, para encontrar soluciones prácticas y aplicables.
Me preguntaba ¿Qué es lo que nos pasa como referentes de calidad que nos cuesta tanto a veces que se respeten las pautas que definimos para que nuestros procesos sean estandarizados y respetados?
¿Cómo es que, conociendo tanto del proceso y de la gestión, nos cuesta tanto generar esa cultura de calidad/inocuidad que deseamos por formación y que además sabemos que nuestra industria lo requiere?
Es que posiblemente, estamos suponiendo que cada persona con la que trabajamos entiende el mensaje, lo conoce y fácilmente lo replicará. Nuestras expectativas se vuelven tan altas, que cuando las cosas no se cumplen nuestra frustración es igual de inmensa.
Y es que la construcción de esta cultura no se logra de un día a otro, sino que se transita, se camina, se transmite cada minuto de nuestro día. Y ahí entendí cuán importante puede ser un referente junto a nosotros para poder afianzar ese recorrido que nos espera transitar. Somos consultores y acompañamos a las personas que son parte de las empresas en la construcción y sostenimiento de la cultura de calidad / inocuidad que cada organización necesita. Lo hacemos juntos, a la medida de lo que las personas de cada empresa necesitan en función de su contexto. No hay una empresa igual a otra, y nosotros estamos cerca para hacerlo según la expectativa y necesidad de cada una.
Ser consultor, cuando lo hacés con el compromiso con el que nosotros lo hacemos, a veces se siente raro. En realidad, no sos parte de la organización, sin embargo, te “adueñas” de los procesos, de los productos y hasta de la gente. Las personas de las empresas “te adoptan” como parte del equipo. Y compartimos mucho más que las experiencias técnicas o profesionales. Cada uno tiene una historia, proyectos, sueños que se enlazan al desafío de ese momento. En lo personal además de sentirme muy orgullosa por los logros que podemos concretar junto a ellos, voy cosechando colegas y amigos de los que también aprendo mucho. Y me emociona darme cuenta lo importante que nosotros podemos ser para ellos cuando nos llegan mensajes de agradecimiento, de alegría y hasta de orgullo. Ahí termino de confirmar que no somos extraños, no somos “terceros” o “externos”, sino que somos parte de sus equipos y eso retroalimenta las ganas de seguir acompañándolos.