Una Cultura del Bienestar Animal
Prof. Lic. Milagros Uhart.
En el mes de mayo estuve en Dakota del Sur, Estados Unidos, para capacitarme como auditor de Bienestar Animal en Plantas de Faena por PAACO (Professional Animal Auditor Certification Organization), una organización reconocida a nivel internacional como referente en la formación de auditores profesionales en Bienestar Animal.
Durante el curso visitamos dos plantas de faena, una de bovinos y una de cerdos. Por supuesto, a escala Estados Unidos: Tyson Foods, con una faena de 5100 bovinos/día y Seaboard Triumph, con una faena de 21000 cerdos/día.
Podría escribir extensamente sobre toda la experiencia, pero este es un espacio acotado y quiero centrarme en esta entrega y la próxima en dos aspectos puntuales: 1. La conducta del personal operativo y 2. El mantenimiento del equipamiento en la faena.
En cuanto al primer punto, fue notorio al caminar por las plantas el compromiso con el Bienestar Animal. Así como hablamos cada vez más sobre la Cultura de la Inocuidad en toda la industria de alimentos, en estas plantas me encontré con la implementación y práctica de una Cultura del Bienestar Animal. Estaba presente en las instalaciones, en la cartelería y en la documentación, pero fundamentalmente era visible en la forma de actuar del personal y el trato hacia los animales.
Se notaba que había capacitación pero lo sobresaliente era la aplicación de los conceptos. El manejo de los animales respetuoso, tendiente a minimizar el estrés y el sufrimiento. El ritmo de trabajo no era lento (al contrario de lo que generalmente se cree). Cuando se trabaja con los animales y no en contra de sus instintos, se logra una operatoria más fluida.
No se trata de nunca cometer un error. De hecho, en una de las plantas presenciamos una acción equivocada por parte de un empleado. El supervisor se acercó y en forma tranquila le explicó la operatoria correcta. Así como lo hacemos en otros ámbitos de la vida, también en el trabajo, los errores pueden y deben aprovecharse como instancias de aprendizaje. Lo importante es dónde ponemos el foco: ¿en el error o en la corrección y la mejora?
Cultura es querer actuar bien, buscar soluciones, revisar, corregir y seguir haciendo, cada vez un poquito mejor. Esconder los errores, completar planillas con datos falsos o buscar culpables nos estancan. No son acciones que sirvan para mejorar.
Trabajar sin gritar ni asustar a los animales, mover grupos chicos, permitirles ver la salida, quitar obstáculos y distracciones son pequeñas acciones que en conjunto hacen una gran diferencia. Podemos y debemos hacerlo bien. Para transparentar lo que sucede puertas adentro, para cumplir con la normativa legal, para no quedarnos afuera del mercado y para obtener un producto final de mayor rendimiento y mejor calidad.
No nos olvidemos que la carne reflejará cómo fueron tratados los animales.